Poemas Impublicables

jueves, 16 de marzo de 2017

Penatorio

Me cruzo de brazos ante la viperina
Y dejo que insista en mis entrañas sumergidas
Esa relajante lengua de lagarto ciego
Desde la calle entra por la mampara un niño
Un adolescente que peina canas, un adulto con serías
pretensiones de casarse y reproducirse en los espejos
El tipo vuelve del trabajo en calidad de bulto
Cruza el patio seguido de la sombra hasta perpetuarse
en la habitación donde duerme su esposa
Lo veo de reojo sentarse frente a un plato de sopa
Reírse de su mala suerte y beber unas cuantas copas de vino
Sé que al cruzar esa puerta el anciano temblará de pies a cabeza
Antes de desnudarse y echarse en la cama de cenizas
El frío lo obliga a acurrucarse pegado a su mujer
Se toma sus remedios y apaga la luz de un soplido
Luego busca un sitio donde se pueda acomodar
Piensa que mañana puede amanecer muerto
Se persigna a la rápida y sueña cosas sin importancia
Tieso como palo lo meten a la rápida en un ataúd de madera
Los funcionarios de las pompas fúnebres lo sacan
A tropezones y lo meten en la carroza con algunas coronas
de flores plásticas
Algunos vecinos del barrio salen a darle el último adiós
Junto a su tumba un amigo lee un responso y lo recuerda
con emoción
Luego lo introducen en el nicho y lo tapan con tierra
Su viuda y sus hijos lo lloran desconsoladamente
Pero el tipo muerto sale del ataúd y vestido de etiqueta
Sale caminado por las calles del camposanto hasta llegar
Al centro de la ciudad de Valparaíso
Toma la micro hasta su casa y entra a su habitación
Se acuesta donde siempre y apaga la luz
tapado con frazadas hasta los ojos
Espera que su mujer llegue de su entierro
Teme desvelarse, mañana debe de trabajar como cualquier
mortal
Cuando el despertador suene a la 6 de la mañana y lo arroje
de un manotazo
Desearía estar muerto y pasar de largo ese día funesto
Su mujer se entera por uno de sus amantes de que ha sido despedido del trabajo
Y sin dudar un instante, lo manda de vuelta a dormir al cementerio
Entonces el tipo llora y se hace pichí en la tumba
No quiere ser un finado ni  volver a ser un hombre de carne y hueso
Decide probar  suerte en una casa embrujada
y recibir  la paga miserable de las ánimas
Pero no le resultan ni sus rabietas bochornosas ni sus balbuceos
Metido en su cuna de paja solo espera que  lo muden y le den su papa
Para luego desaparecer para siempre en la concha de su madre.

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