Del Terrolirismo…
LX
El terrolirismo no es verso de salón
Más bien es poesía de patio
Poesía de perro de ropa
De gato de espalda
Poesía sin bozal
que revienta las pelotas
Cuando todos quieren jugar.
LXI
El terrolirismo es poesía desnuda
Que muestra su pájaro en la foto
Para que los lectores sonrían.
LXII
El terrolirismo no quiere faltarle
el respeto a nadie
Por eso entierra el poema por la espalda
Y después muestra su máscara de yerro.
LXIII
El terrolirismo es poesía perforada
Poesía que busca el ojo en el pajar ajeno
Que muestra la otra cara de la musa
La cicatriz invisible
El nudo que aprieta
El verso que corta
El diente que falta
El verso que sobra
LXIV
El terrolirismo es poesía suelta
Poesía de malas palabras
Poesía de escombro
Poesía de garabato limpio
Poesía que muestra sus trucos
Su ignorancia supina.
LXV
El terrolirismo es:
Poesía de hoyo en el zapato
Poesía de frenillo
Poesía de tejas sueltas
Poesía de muela picada
De picarón que mira
Por el ojo del poema
LXVI
El terrolirismo es poesía de secuestro
Toma y asalta un poema y lo desvía
de su origen natural
transformándolo en una hueá con patas.
LXVII
El terrolirismo más que proponer bajar
De la montaña rusa
Sugiere empapelar a chuchadas la muralla china
LXVIII
El terrolirismo no sufre de impotencia sexual
Aunque cuando se le baja la inspiración
Ni su musa en pelota logra estirarle los versos.
LXIX
El terrolirismo no es una marca registrada
Más bien es un tatuaje bajo la piel íntima del subser
LXX
El terrolirismo lucha contra el capitalismo feroz
Pero cuando no tiene plata
Asalta un banco de la plaza pública
Y se sienta a esperar
hasta que lo caguen las palomas.
LXXI
El terrolirismo no es un “ismo” más
Ni un sí mismo menos
Es un verso de corte
Una herida de risa que alardea.
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