Deliquios
Marcelo Arancibia
En la meridiana torpeza
De mi cresta inmisericorde
-tolerancia de sus yerros y agonías-
Lo que el amor derrite en poesía
Desde la piel hasta el silencio
Eso que se me sale mujer edénica
Por los poros habladores evanescentes
Lo de mis primeros pecados acérrimos
Por estos ladridos mamarios lejanos de lo épico
-El juego de la sangre por los ojos-
Y de lírico reseco mi yo ajeno se entusiasma
De suicida y armado hasta los dientes
Enchueco el cañón del lenguaje
-En confusión de los conceptos-
Y doy estos buenos giros
entre las palabras que nos sobran
En esos deliquios que a veces
Se me filtran por la máscara.
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