Poemas Impublicables

martes, 5 de abril de 2016










(De Insumos Básicos, 2009)

Del Cigarrillo

a don Miguel que respira bajo tierra

Quémese los dedos con colillas incandescentes
El filtro alarga nuestra adolescencia prematura

Lance la nicotina por el tubo de oxígeno
Échese humo hacia adentro para pasar

De incógnito ante el placer de la muerte
Acórtese la vida y fume del pulmón ajeno

Un cerrojo malsano puede obturarle el gaznate
La niebla en bajada por el tripaje en combustión

Produce el mismo efecto odorífero del sexo fantasma
Es cuestión de remover las cenizas para conocerse a sí mismo

El cigarrillo sustituye nuestra teta materna
Aspire sus problemas y llénese por la fumarola del pecado

Saque por la chimenea su nariz con polvos particulados
No se vaya a achurrascar los bigotes de porcelana

No malgaste su plata
Eche la humareda en el chanchito asmático

El cigarrillo mata el momento oportuno
la menor distancia hacia un sol radiológico

Alguien inventó este juego de quemarse hasta el alma
Yo fumo monóxido carbono y tengo orgasmos cancerígenos

dos o tres pitadas al interior del cenicero mortuorio
Y soy réplica exacta de don Miguel de las Cajetillas

De dónde sacaron estos idiotas que fumar
Es un gasto innecesario

Veinte perforaciones en los bronquiolos
Del asesino lunar sobre la barbilla que hace trampa

Usted debiera dejar de respirar ozono purificado
Dios fumó como chino hasta bien entrado el siglo XX

Aunque igual murió con los pulmones vírgenes
Altere su circulación fatal y aguante como pueda

El chorro de smog bajo las sábanas
No contamine a la vanguardia asesina

Si no tiene plata fume a escondidas hojas de té
O deje ese vicio para los muertos que vendrán

Yo he intentado dejarlo pero me gusta el humor negro
La excepción hace la regla

Si la musa de la respiración se le hace humo
Intente con cigarrillos existenciales

Y se dará cuenta que usted es un simple inmortal
igual que YO


Del Agua

El agua exenta desde las nubes, con su panza llena de mosquitos
Precipita en eso de no llover pero gotea, desde la envidia del iceberg

Privatizada  sube y baja por las paredes y apozada o servida se escurre

por la tierra, o se seca barrosa huyendo por el resumidero

Como un río de caras, de olores, de fecas se va feliz navegando
Bendita llena de cruces pasa gateando milagrosa, se vende también

Desparramada llena de cloro blanquea las sábanas y saca la mancha 
que se pega,  porque es el sarro lo que se aconcha en el fondo

Y entre sus dientes de película, se endurece como sangre transparente
Salada o dulce la mastica fulano, se la traga zutano,se la empinan y apagan la sed

Como fuego eterno remoja la herida y limpia de suero que alimenta un bosque
Un océano de burbujas, cuando mete uno la brazada y nada o flota gratuitamente

Potable nada el agua bajo la casa de cartón, son hidrógenos que
se pierden, millones de gotitas que se derriten y desmigajan este maná

Eterno sobre el barco pasan kilómetros de agua sucia, novias blanquísimas
recién esterilizadas, limpia sin razón mis pecados entre las olas

Se hierve a carbón cruento, y son litros y más litros que se evaporan, 
y uno lava la ropa, la propia alma, se restriega las orejas con jabón

Una esponja refriega a la otra olla con grasa, con detergente de espuma se llena
los dedos de palomas mensajeras y la escupe el bribón, el asesino seco

Con corcho la mete en su pulmón y la embotella el ladrón, que la pule en
sus cristales y sube por la planta hasta sus hojas viejas y flores color de miel 

Baja hasta las raíces, y se filtra por entre las ramas negras y maleza llena de
óxido y se azota en la roca y moja las arrugas que se estrujan de la risa

Se ríe de sus tres estados naturales y se hiela como corazón de rico  

Corre proletaria y se resfría a la intemperie como la novia de un ángel

Cuando lava sus presas y borra las pecas del niño pobre y se atora
a la cañería  resbalándose con sus tacos nuevos de señorita de goma.



Del Celular

Apretado al cinturón simbólico réplica exacta del desbarajuste
que me lleva cerrar todas las llaves abiertas por placer

De gastar más allá de ese don de migajas- número exacto
de la deuda que contraje- sin saber cavé mi propia tumba

Me dejé llevar por la captadora aterciopelada que me habló
de los beneficios universales, pero no de los costos del sepulcro

Y me aseguró la lengua y otras cosas que utilizo a  riesgo
de que me chantó una deuda, así en menos de lo que canta un gallo

Caí en lista de morosos y me asaltó la voz de la pobre mujer
bajo tortura dije que sí  aceptaba, para que no me siguiera

Manoseando entre las ondas electromagnéticas,  me habló tan rápido
que afirmé con la cabeza y ya no pude arrepentirme total le conviene

Cazarse conmigo,  nuestros servicios transnacionales para que su aparato
huacho respire despacito y usted me tenga a su lado al instante

Aquí estoy con mi cencerro entre una multitud de dedos ordeñando
A quien tenga ganas de lamer y hacerme sonar esta chicharra

Así que llámeme no más si quiere por que le juro que ahora
Les contesto de inmediato y le hablo hasta por los codos siempre

Que usted esté dispuesto a poner su cabeza sobre la guillotina
Ahora le dejo con mi jefe para le dé el responso final y pida

Su último deseo porque él es el verdugo y ésta es una grabación
-insisto-así que no me corte los tirantes y póngase la soga al cuello

La empresa lo felicita por habernos preferido y ahora
Puede hablar hasta que se canse y los minutos se le acaben

Y el celular se le vaya cortina por botarate y no me pueda llamar
Para ofrecerle mis dos tremendas tetas parlantes gratuitas

Para usted solito-imagínese- sin cobro revertido y como si eso fuera poco 
le sugiero digitar los seiscientos sesenta seis números de la muerte.



 De la luz 

La mejor ampolleta es la ampolleta quemá
luz corriente por la casa de punta a cabo

metida bajo el ropero de tres cuerpos
allí mira engatusada con ojos de linterna melancólica

Se sabe cara y ruega que no la prendan
de un chispazo porque asusta y grita de ira

ante el espejo de aire transparente
tiritona en filigrana ciega de fósforos

espanta a la muerte con su rayo fulgurante
al fantasma de colmillos luminosos

se apolilla y corta como un himen viejo
sube y corre por los alambres cual rata

para salir por los enchufes hembras
tanto sol para una estrella diminuta

en la proclama del trágico dios casero
que no cree en la bombilla mágica

ni en el tubo virgen  fluorescente
Aunque se le quemen los tapones.


Del gas

Del gasómetro sale a la taza humeante del inodoro
el tubo amarillo en el fogón mojándose a sol perpetuo

Araña ardiente aplastada por ollas y teteras calaveras
Baja del cielo rodando y entre latas de hombros

Hasta el regulador que paraliza y gira al fondo del patio
Del precipicio y cabe por la cañería con los ojos rubios

Estrellado fluye en bandada tan lentamente se evapora
Por el calefon se hierve y derrite el agua bruta y erguida

O salta a la estufa de mimbre regando su color de fuego
Azul la llama y cuando roja la cresta del gallo asado

Seca el aire amurallado los dedos negros de ogro
Se encarece la petrolera y llora la parafina ciega

La goma arábiga el quemador abultado por la corola
Se tapa la granuja y no prende el fogón delirante

Se gasta como reguero de pólvora su sangre embotellada
Y pasa la camionada con el badajo sonando como latido

Llama a los clientes entumecidos para que lo compren
Y en el horno se cueza el mastodonte achurrascado

Vivo de los encendedores antorchas que no prenden
Porque lleno de piedras no raspan la mecha corta

Y el gasfitero saca un ojo de la cara por encenderte
El trozo de carbón que te queda como hollín difunto

Cuando suben a este gigante al precio de las nubes


Y  en invierno hay lavarse las presas con agua como hielo.



Del colectivo

"Cómprate un ovni terrícola"

La nave espacial espera en platillada la búsqueda
De la clientela extraterrestre a Patilandia

Y en ascenso súbito despega echando luminotecnia
Sobre el vehículo con letrero de flechas puritanas

El taxidermista vuela calle abajo por la ventisca
Llevando a los pasajeros cosmonautas atrasados

Tras los meteoritos tránsfugas que descienden
En cámara lenta con los focos agusanados

Cerro abajo la estrellada carretera galáctica
Sube por los montes rombos y rascacielos ángulos

Nadie respira por breves segundo por el  sospechoso choc inminente
De la teletransportación coartada por el hilo del presupuesto

En la estación aterriza junto al mar dorado infinitesimal
Cuando con escasas monedas de brillosos átomos

Debemos pagar nuestros pasajes ida y vuelta desde la luz
Por menos de 300 mil kilómetro por segundos.

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