
El viejo del patio
Marcerro Aranxibia
1
Vivo en departamento
Cuando voy a la casa de mis padres
Me quedo por horas en el patio
Hasta que la maleza me cubre.
2
Soy el viejo del patio y me entretengo en mirar
Los gatos rubios y a romano de otros techos
Cuando se acurrucan como niños bajo al sol
Y el pequeño perro chino me muestra sus dientes ganchudos
Estoy sentado en un sillón plástico, bajo un quitasol
Haineken
Tengo una radio a pilas y un pedazo de terreno baldío
Donde una mosca verde se para mi zapato
Mientras escribo poemas en un cuaderno de cáscaras naranjas.
3
El jardín desapareció después que
Mis padres murieron
Y mis hermanos separaron en partes iguales
Con un muro de tablas resecas picadas
por termitas
y aunque lo hemos intentado echar abajo
tiene más raíces que la muralla china
4
Como un caracol azul
Que babosea en la tabla
Así me paseo lentamente
Por el territorio ocupado día y noche
Intentando la pacificación
en este sitio de nadie.
5
La infancia es un sueño inconcluso
El patio donde me gusta jugar.
6
A veces vengo hasta aquí
a mirar dentro del cofre mis joyas falsas
Y desaparezco por meses del lugar
Para no levantar sospechas entre los fantasmas.
7
Los gatos se pasean por el esqueleto de la higuera
Que está al fondo del patio
Y hacen caer los frutos secos como meteoritos
Mientras los perros lamen el oro verde de los higos
8
Cuando pregunto por mis padres muertos
Son ellos mismo los que me contestan desde el interior de la casa
Que de inmediato debo ir con el perro a comprar el pan
9
Antes hubo árboles frondosos
Un jardín lleno de cardenales
Un palto seco y una gruta para la virgen
Que mis hermanas sacaron de su pedestal
Porque después de varias separaciones
Ya no creen en el amor eterno.
10
.
En este patio hay huesos mordidos
tras el pasto seco tablas podridas
Tierra con orín de gato
Aquí falta un gallo sobre el alambre
de la ropa
Alguien que se haga respetar
y obligue a utilizar los troncos de árboles
como baños públicos.
11
Los gatos vienen de otros mundos
A robar la comida de los perros
Me miran indiferentes mientras escribo
Bajo el quitasol heineken
Juegan con mis poemas arrugados hecho bolas
Y desaparecen tras el muro
Entonces para darme ánimo me digo
Los gatos sólo saben leer las hojas de los árboles.
12
Nos metíamos bajo la casa de mi abuelo
a intrusear
A gachas recorríamos ese interior oscuro
Donde había piedras, latas, cachureos varios
No sé qué buscábamos con tanto ahínco
Talvez el hacha con la que saltó sobre la cubierta del Huscar
Detrasito de Prat- según nos dijo-
Aunque mi abuela sabía que en sus años mozos
Sólo había sido marino de agua dulce.
13
Mi abuelo leía novelas de pistoleros bajo el sol y la luna
O a la luz triste de un paloposte que iluminaba poco
Andaba con sus ojos en duelos en esos villorrios
Donde abatió a varios cuatreros que eran ases en desenfundar
Mi abuelo fue el más rápido lector de novelas de vaqueros
que hubo en el oeste
Y aunque no le trabajo un día a nadie
Nunca sus balas invisibles mataron por la espalda.
14
Aquí aprendí a caminar a puros costalazos
Primero en cuatro patas mirando al perro
O como el gato romano enamorado sobre el muro
mirando a mi vecina
Cuando mi madre tendía la ropa
Las sabanas húmedas y con olor a cloro
nos azotaban el rostro
Mientras jugábamos con la pelota de trapo
corriendo como fantasmas
Metiéndonos goles desde el más allá.
15
Al atardecer el patio era nuestro reino
Arcos marcados con piedras
delimitaban la cancha.
Donde mi hermano era el mejor zurdo del barrio.
Tiro mortífero para cualquier portero
Yo, en cambio, uno más del montón.
Tal vez el que más soñaba
El que mejor empeño ponía en cada zancada
En cada impulso por cabecear la luna.
16
Desde allí con mi hermano elevábamos
volantines y ñeclas parchadas
Pero duraban poco nuestras cambuchas de diario
en la comisión
Porque el hilo bueno y sano se enredaba
en las ramas del durazno
o se cortaba en las latas oxidadas
O en las botellas quebradas
sobre el techo de nuestro vecino
Que cuando encumbraba chilenito
usaba hilo curado.
17
Cuando nos aburríamos del triciclo
Lo girábamos de tal manera que una
De sus ruedas sirviera de manubrio
Y jugábamos a la micro
Mi hermana la adornaba con espejos
Y figuras colgantes
Mi hermano menor siempre era el chofer
E imitaba el sonido del motor
Ordenando las monedas y enrollando los billetes
Miraba por el retrovisor
Yo subía como pasajero y bajaba corriendo
En cualquier sitio
Entonces el mundo se detenía por breves segundos
Lo que no estaba permitido era subir sin pagar.
18
Mis hermanas y sus amigas jugaban
Con platos y tacitas a hacer once
Para ello en pequeños hornos preparaban
Queques de barro y jugo en polvo
Nosotros varias veces por condescender
Comíamos de esos embelecos
Que luego teníamos escupir sin que las niñitas del barrio
se dieran cuenta
No hubiese sido correcto a esa edad
corromper el sueño de las hadas.
19
Sabíamos algo de los caracoles en las calas
De la madreselva que trepaba por la pared
del cortafuego
A veces cortábamos los cardenales rojos
Y adornábamos la gruta de la virgen
Como si fuera una animita milagrosa.
20
Nos gustaba dar vuelta las piedras que
Rodeaban el jardín
Para encontrar chanchitos ciegos
Lombrices gigantes que tras ver el sol
Removidas por una rama
Huían despavoridas hacia el centro
De la tierra donde vivía el julio verne.
21
En este patio hay enterrado varias mascotas
Algunos perros que fueron memorables
y gatos regalones
Una pata blanca que nunca pudimos comer
Y murió de vieja sin chistar
Nadie quería probar sus huevos frescos
por eso guardamos en el momento final
la más absoluta reserva
Sólo asistimos al funeral sus amigos más cercanos
el perro, el gato y toda la familia.
22
En ese patio también di mi primer beso
A una chica del sector
-Como en las películas-
Mi hermana inventaba juegos sabrosos
Consistían en coincidencia con las cabezas
vueltas
Desde ese días supe que la boca de mi vecina
sabía a sandía y dientes largos
Aunque la situación se complicó
Cuando nos obligaron a dar besos con lengua
23
Tal vez lo más trágico que ocurrió
Fue para el golpe militar
Cuando los marinos nos allanaron
La casa varias veces por denuncia
De nuestros vecinos
Nunca encontraron nada
El sargento del pelotón nos ordenó
Ponernos con las manos arriba contra
El muro
Todavía recuerdo la amenaza contra
Mi padre
Desde el patio mirando el mar
24
Mi abuela quería que la enterraran
En el patio
(fue su último deseo antes de morir)
Mi madre dejó entrever lo mismo
Antes de su partida
Pero por fallo dividido la enterramos en el cielo
25
Un neumático en un rincón
Un plato blanco bajo el radiel
Maceteros plásticos, unos palos con clavos
Bolsas de nylon, una abeja en mi pantalón
Aquí por lo menos el perro y el gato son amigos entrañables
Y mis sobrinos sólo se tiran bombas de agua.
Cuando apagan el sol y se hace de noche.
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