
"ESPECIE DE MANIFIESTO DEL TERROLIRISMO"
I
El terrolirismo es una poesía en combustión
Una bomba de tiempo
Que en cualquier instante puede estallar
Al interior de un cerebro hueco
II
El terrolirismo ataca a mansalva a los poetas granujas; a los poetas garrapatas, a los chinches poetas
Y da una mano al poeta en apuro
Y olvidado injustamente por la juglaría
Para que resucite entre las letras muertas.
III
El terrolirismo no intenta desnudar a la monja
Ni al Papa
Sino al Poeta Sagrado que se olvidó que es un mortal igual a todos.
IV
El terrolirismo no sigue una utopía, sino que la inventa
Y la reproduce
A lo más la compra a precio huevo en el mercado de las pulgas
Y regatea
Porque entiende que ni el Monje Rojo pudo salvar al Mundo.
V
El terrolirismo afirma que nadie puede vivir sin utopía
De lo contrario dejaría de escribir
Llevándose los poemas para la casa.
VI
El terrolirismo señala que quien mate a la utopía
Mereciera ser fusilado con poemas
O ser ahorcado en la plaza pública hasta que los demás
Poetas le saquen la lengua
VII
El terrolirismo no trata de inventar mundos nuevos, sino de habitarlos
Porque entiende que un viaje en paracaídas es cuestión de viejos maricones.
VIII
El terrolirismo expresa que lo difícil es encontrar el extremo de la moderación
La punta de la rama
Por eso convive con su musa en la punta del cerro.
IX
El verdadero equilibrio radica en el desequilibrio
Porque todos los poetas viven en la cuerda floja
Y no le trabajan un poema a nadie.
X
El terrolirismo no es una especie de antipoesía sino que es una contrapoesía
Que pretende que los antipoetas vuelvan a ser poeta de carne y hueso
Que coman, caguen y escriban como cualquier mortal
Y no vendan la pomada.
XI
El terrolirismo lucha al lado del necesitado
Pretende ayudar al poeta inválido
Al poeta pobre, pero digno
A su vez ataca al poeta con santos en la corte
Al que alguna vez tuvo un éxito feroz
Pero que ahora vive de sus rentas
Impidiendo que otras voces salgan al estrellato
y floten como la mierda pura.
XII
El terrolirismo no revive cadáveres, sino que quiere
Que los poetas muertos se revuelquen en su tumba.
XIII
El terrolirismo es un juego mesiánico, que lo puede
Seguir cualquier hijo de puta
En cientos y miles de reencarnaciones.
XIV
El terrolirismo es un movimiento universal
Donde no es necesario que existan muchos seguidores ni fanáticos
Sino que para el caso con uno es suficiente.
XV
El terrolirista escribe intencionalmente malos poemas
Pero que cuando quiere escribir buenos poemas no le resultan
XVI
El terrolirista es un contrapoeta bien intencionado
Pero sus lectores lo corrompen.
XVII
El terrolirista usa como instrumentos Alter Egos
Para que en la calle no lo reconozcan
Y no le cobren la palabra.
XVIII
El terrolirista no vive del comentario ajeno
Sino del pelambre que lo alimenta.
XIX
El terrolirista no asiste a recitales
Porque cuando no hay público
Lee hasta cansarse
Y después no hay como echarlo
XX
El terrolirista es un árbol enchuecado
Donde ni los pajaros le prueban
Su fruta del mal.
XXI
Tal como se dijo del antipoeta que era un copión universal
Al terrolirista sólo se lo puede acusar
de desviar la poesía hacia el abismo
XXII
El terrolirista escribe una poesía desnuda
Donde el placer o el horror no está en el desnudo mismo
Lo que ya es un acto daspiadado
Sino que su acto consiste en desnudarse frente a nadie.
XXIII
El contrapoema desnudo no tiene sexo, o no se le ve
Entre la multitud de seguidores
Porque no interesa que lo tenga
Mejor que el sexo para el terrolirista es una pluma
Cargada con tinta china para provocar cosquilla bajo la planta del ojo.
XXIV
El terrolirismo no sólo ataca a las vacas sagradas
Sino que también se las come.
XXV
El terrolirista es un antipoeta frustrado
Un contrapoeta que a pesar de tener un cierto talento
Va contra la corriente de opinión
Y no se arrepiente ni en las puertas del infierno
XXVI
El terrolirista es un contrapoeta políticamente incorrecto
Porque mete a los buenos y malos poetas en el mismo saco.
XVII
Al terrolirista no le importa mucho que hablen mal de él
Lo que lo enerva es que censuren al hijo de puta que quiere pasarse de listo.
XXVIII
El terrorista no se hace la mosquita muerta
Ni la mosca en leche
Sino que más bien es una suerte
de mosco diabólico.
XXIX
El terrolirismo no nació de un día para otro
Sino un día tal por cual
XXX
El terrolirismo nació de la concha de la antipoesía
Pero cuando lo mandaron a la chucha
No pudo volver a ella para desaparecer.
XXXI
El terrolirista no se engaña
Ni se deja tentar por el llanto de sirenas
Ni de adulaciones a granel
Porque tiene las orejas tapadas con palabras
XXXII
El terrolirismo se destruye
y se transforma
pero siempre es la misma hueá
XXXIII
El terrolirista suele escribir frente a un espejo
Así que no se extrañe si para leerlo de punta a cabo
se le obligue
A meter su lengua por el ojo del poema
XXXIV
El terrolirista no se da vuelta la chaqueta
También se conmueve de la miseria del hambre
Por eso que cuando pone bombas entre las palabras
Espera hasta el final para taparse las orejas
Cerrando bien los ojos como un vidente
Para no ver ni por un instante el estallido .
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