Serendipia
Don Vatetín de las Putasburras
de tu madre, por las nubes del Olimpo
Por la vieja rueda de los cartapacios
Cuando me doy a esos putazos místico
Estos coitos fenomenológicos
A la hora de los empalamientos
Sentada en su escoba con miligramos de azufre
Esta beata a prueba de cuetes y bengalas
Se enrosca con los refajos de una mártir
Patria de los patrioteros neohuidobrianos
neolihnianos
Patria de las chuchás bien limpias
Su hagiografía es una retahíla
De improperios
“Si nadie quiere verla en pelota
ni en pintura amurallada, eñora”
Maligna en su excentricidad
Sádica a punto de extremismo
No sería raro un envenenamiento
Por abecedario pequinés
Por el queso de su estrella solitaria
La sangre escaramojo de los indígenas
Del azur dariano a la bazurita cosmética
tanto rojiano, tanto rokheano
tanta silicona nerudiana
tanto cartucho parriano
tanto guatapique saltarín
tanta pólvora mojada
Quieren torturarme con el nuómeno
Porque el vicio de la poesía corrompe
La pila del agua maldita traducida
El totalitarismo más allá de la suma de sus partes
Me quedé con la bala pasada
Con la mortaja a medio camino
Acepto el bozal con clavos
Si usted pone la lengua en remojo
de versista azaroso y mal enseñado
No me lo habría imaginado nunca
Con la poesía muerta de la risa
Con la poesía muerta de susto
Hasta el final crucificando a los tatitas
¡Oiga, si estos son puros chiripazos, no más!
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