Don Tragodio de Puraspenes
Amante pasivo del doliente
A rey muerto, rey puesto
El mandato de sumergir la cabeza
En el cotidiano reino de los deudos
Al justo por pecador y marchamos
En dirección del sol funesto
Y cerró la oscura puerta de la muerte
En nuestras narices lechosas
Resucitados en cada amanecer
Por los muertos que aún respiran
Contra el mejor vino que probamos
De persistir en este amor cruento
En esta nueva comedia que es muerte.
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