Refracciones y reflexiones
Don Mahometano de La Chacana
Profesor aimara y benemérito
De la Escuelita de Hoyo Negro
en La Cochinchina
I
En plena sesudez
En años que alborotan
Con la sapiencia ingenua
De un faquir
Expuesto a dolorosas púas
Hora de trabajo que clavan
cuentas varias adeudo
notas rojas eminentes
cuando repruebo en ciertas materias
a alumnos que son lumbreras
Sumo varias por comer
sólo en justa medida
Deparan mi triste economía
De pecar en gastar
sólo en beber
Es lo que se piensa
Porque no resulta
del gastar solo un placer
Buen negocio es conjugar
el ahorrarme
Los que mis bolsillos
suelen filtrarme
en este reino de la inopia
Pero agacho el moño
De tanta farra por cocer
Luego la tristeza
El que ríe ahorra
No es el llanto el mejor remedio
Dilapidar el dinero que escasea
al pobre que en la eternidad perdura
y el paraíso en su lecho
de alimento espiritual.
2
Terminado un siglo
y el que comienza
con la suma paciencia de vivir
Como un viejo maestro
en cosa pública de escuela
De no doblar la cerviz
Aunque me duela
Y los alumnos en ruegos
Quieran darme a palos
Por la guerra que les doy
Por la ignorancia que imparto
Asuntos de poca nota
En extremo injusto el aprendiz
De ser un loco feliz
De saber menos cada día
Más presumo de ignorancia
que de impartir sabiduría
3
Me distancio y me alejo
del vicio de la inmediatez
del reino anido
Absuelto de culpas
Mi ojo que cautiva
la culpa del saber
en demencia presumo
al carnívoro instinto
Y soy un puñado de tierra
A los ojos de Dios
Rasuro mi barba
al misterio del mundo
Y en serio revés
soy sacro y profundo
un ave rapaz del sino fallido
Vejez que parpadea
trozo de luz que engullo
Mirada es mi juego
Mi piel de rugoso papel
Quemado en sus bordes
entre millones de dedos
Apenas perceptibles
Y soy la cara del billete
Que no puedo gastar.
Profesor aimara y benemérito
De la Escuelita de Hoyo Negro
en La Cochinchina
I
En plena sesudez
En años que alborotan
Con la sapiencia ingenua
De un faquir
Expuesto a dolorosas púas
Hora de trabajo que clavan
cuentas varias adeudo
notas rojas eminentes
cuando repruebo en ciertas materias
a alumnos que son lumbreras
Sumo varias por comer
sólo en justa medida
Deparan mi triste economía
De pecar en gastar
sólo en beber
Es lo que se piensa
Porque no resulta
del gastar solo un placer
Buen negocio es conjugar
el ahorrarme
Los que mis bolsillos
suelen filtrarme
en este reino de la inopia
Pero agacho el moño
De tanta farra por cocer
Luego la tristeza
El que ríe ahorra
No es el llanto el mejor remedio
Dilapidar el dinero que escasea
al pobre que en la eternidad perdura
y el paraíso en su lecho
de alimento espiritual.
2
Terminado un siglo
y el que comienza
con la suma paciencia de vivir
Como un viejo maestro
en cosa pública de escuela
De no doblar la cerviz
Aunque me duela
Y los alumnos en ruegos
Quieran darme a palos
Por la guerra que les doy
Por la ignorancia que imparto
Asuntos de poca nota
En extremo injusto el aprendiz
De ser un loco feliz
De saber menos cada día
Más presumo de ignorancia
que de impartir sabiduría
3
Me distancio y me alejo
del vicio de la inmediatez
del reino anido
Absuelto de culpas
Mi ojo que cautiva
la culpa del saber
en demencia presumo
al carnívoro instinto
Y soy un puñado de tierra
A los ojos de Dios
Rasuro mi barba
al misterio del mundo
Y en serio revés
soy sacro y profundo
un ave rapaz del sino fallido
Vejez que parpadea
trozo de luz que engullo
Mirada es mi juego
Mi piel de rugoso papel
Quemado en sus bordes
entre millones de dedos
Apenas perceptibles
Y soy la cara del billete
Que no puedo gastar.
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