
¡Ay… un orgasmo feliz!
...al cochero parra
A chupar me dediqué esa noche
Las arrugadas tetas de tu abuela
Acompañado de un buen pisco con cola
Que ella sacó de su antigualla despensa
Todo fue una volada
Estando solo en mi pensión de estudiante pobre
Empepado, raja, borracho
Me pilló volando bajo
Cuando revólver en mano
Me suplico, la vieja califa, que sin asco me la mandara pecho.
Como pudo arrastrando sus patitas entró hasta mi humilde pieza
Todo no está como entonces- me advirtió ella medio dormida-
Mis pechugas arrugadas pasas y
Este difuso aliento agrio de sótano de convento
Como ve, mijo, los pelos lo han invadido todo
Las arrugas como frenada de gusano
Nunca pensé, créame por cierto
Volver a hacerlo siendo una momia del tiempo
Pero ahora que estamos solos
Se lo ruego-insistió- que tengamos sexo
No me deje como un cachurreo viejo
Como algarete lancha, más caliente que tetera de campo
Con este dolor de juanetes, con este reumatismo
Que me tiene el cogote tieso
Todo ha cambiado, mis pechugas blancas
Mis viejos refajos con vuelos
Todo no está en su lugar- le insisto-
Las caderas oxidadas como campanas de iglesia
Los glúteos planchados y el óxido de estas huesudas manos de piedras
No cabe duda, este es el reino de los viejos
Donde el infierno me espera, bajo una lápida de mármol
Que diga en escueto verso:
“Aquí yace una vieja cachera”
Si hasta en las tinieblas veo a veces en sueño
la filuda verga de mi viejo
Ésos fueron años memorables
Cuando perdí mi virginidad en el salto del ropero
Él como un perro caliente corriéndome mano bajo la mesa
Entre mis pendejos negros
¡Buena cosa, Dios mío!
Nunca yo tan pechoña para no gozar en pelota
los placeres mundanos que da el cochino sexo
Algo me dice que por porfiada, no más
No disfrute más de esto
Es tan largo el gusano y es tan corto el orgasmo beso.
Entonces como que se me vino el alma al cuerpo
Cuando ya era retarde
Empezó como zorra a torearme
mientras una tras otra entraba mi ardorosa pelvis
En su añosa vulpeja
Tan saludable me pareció
Cuando bramó de excitación en mi oreja
Que recé como niño de silabario por las mil y una cachas muertas
Y seguí mi tour
Por el calentón cuerpo de la vieja
Pase mis dedos jóvenes por su fábrica aún despierta
Me detuve delante de ese legañoso ojo tuerto
(El olor a mujer siempre es el mismo)
Siempre la misma locura en la cabeza
Entre su culo bien parado de la fotografía sepia
y el de ahora, no veo ninguna diferencia
Así era yo en otro tiempo, así eran mis piernas
De gordas- me dijo con tristeza-
Cuando comía zapallo detrás de la puerta.
Yo no me atrevo afirmar que era más sabrosa
que una roja manzana
O una cortesana romana
Pero tenía la chucha más dulce que cien abejas
Cuerpo de muñeca blanca
Como una estrella de cine de los años 30
Pero a esa altura medio cucarro, me bajó un sueño de mierda
Y para mi lado, medio agarrotado, gire y pegué la vuelta.
Cuánto tiempo de goces furtivos y recuerdos vanos
Todo con telarañas y polvo en suspenso
Ni el pisco, ni el consolador sobre la mesa
Seguramente mis niñitos vendrán de vuelta del carrete
Sólo que este sueño erótico me ha despertado todo
Por pegarme esta canita al aire antes de irme de espalda el loro
¿Entonces me dice, mijita, que todo esto sólo fue un gran sueño?
¿Quién lo diría?
Porque juro que escuché a mi querido nieto
Decirle a unos de sus amigotes de fiesta
¡No, huevón, es mi abuela¡
(De: La gran puetesía chilensis)
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