La víctima
donde un virus maligno me enroscó el tuétano
cuando internalizo la objetividad
y creo ver dimensiones sospechosas más allá
de la escritura de ultratumba y saco cenizas
Imágenes vívidas bajo el ala del cuervo
que rasura mi barba con el filo de un calidoscopio
Yo recorto la verdad como lo haría un asesino
En serie de televisión en blanco y negro
Con su musa víctima de pasión inusitada
Entonces me desdoblo y me subjetivo
Desde las letras mudas a las estrellas parlantes
E insisto que ella lea hasta la saciedad
Y no halle detalle que delate mis huellas
“Su álter ego me parece un gracioso recurso”
“Demuestra rasgos de cobardía elocuente”
“Usted escucha voces como el señor
del thriller ese”
No creo que sería bueno que enterrara
A la víctima dichosa en el antejardín
Un vecino poeta podría verlo hurgar
En un argumento conocido
Tampoco sería aconsejable dejar
El cadáver exquisito en la cochera
-Hollywood se lo agradecería y ganaría
millones con su inspiración rebuscada-
Déjese de tontera de películas
Oculte la pluma en la guantera
Ya es suficiente por hoy día
Apague el televisor
-el vampirismo posmodernista
lo venerará-
No pierda las esperanzas
Hasta podría ser citado como testigo crítico
de la aberración
Por lo general un poemaniaco sabe más
Y está mejor informado que toda la mafia
y la poesía negra de los ángeles.
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