Psicopatología de la vida cotidiana
Atiborrado de un cuánto hay de estupideces ambiguas
Siendo el doble o el triple de mi sombra flaca
En vez de el nombre buscado: Signorelli
Acuden a mi memoria los de otros dos alfeñiques:
Botticelli y Boltraffio
Entonces estiro mis huesos en llamas y enciendo el
carbón de la muerte
Y el recuerdo se me aclara en pequeñas lágrimas
sepias
Por ese instante no hubiese dado nada dije “nada por en ese instante”
Aunque ahora sea un recuerdo idealizado,
esculpido en mi seso negro
Por el que
he brindado con una copa de fuego hasta clotearme
las tripas
del alma.
Entonces descubro el desnudo del
otro lado
Esa luna quebrada como una moneda huacha
Tirada sobre la arena de la
playa de este universo perverso
Es que cada forma desarticulada representa un hueco por donde se
escapa el aire de usted, que tiene más años que yo y es una perfecta
adolescente adulta mayor
Se le nota en su sonrisal, en su yastá, en su mejoral estado de ánimo
e indudablemente el sexo sobre la pantalla como si deshuesara un pollo
Usted sabe que a veces hago de mis mayores proezas
En noches insulsas, cuando nadie espera y sale ese señor Donald Trum en
la noticias
Criticando a ese otro señor Maduro y usted me dice, qué piensa usted de
lo
que pasa por ese rincón del mundo, si ha hecho tantas tonteras ese
compañero Maduro,
Y yo le digo todo se está pareciendo a todo, las serie netflix, la
novelas piglia
Los poemas de Parra, todo se repite, mijita linda.
Hasta usted se está pareciendo cada vez más a una diosa romana, a una
hetaira griega
No nos vayan a matar los yanquis a nuestro Nicolás Maduro-me dice
preocupada-,tanta efervescencia en New York, tanta chimuchina para un chofer de
micro
Es peligroso, me insiste- recuerda que primero fue a Fidel, después fue
a Chávez
A Evo lo tuvieron por la cuerdas, a Lula lo tiene para el gato
Ahora no hay Golpes de Estados, a diestra y siniestra
Ahora los matan a cáncer, con bacterias raras, con spray
Con matamoscas humanos, con agua bendita.
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