Don Ventisiano del Peoponeso
(devoto del sexo y otras amarguras)
Pero en dolor casi por la escafandra mía
Del azul tus labios temblorosos calla
Río bajo las aguas de los cuchillos celosos
Que de allí mis pájaros segunderos
Son mutantes horas de mi muerte
Si hoy amas siempre intimidada
Al que te puso la espina gozosa
Y los ojos como blancos de santa
II
Escondida bajo el sol
Ni el sonido blanco reflejado
Es esa imagen con doble fondo
Que hiela mi sangre a borbotones
Hilo que me atrae hacia la muerte
Cuando en la sombra o en la nada
Perlas significan mis garabatos
III
De mis pupilas rameras
si escribo sandeces griegas
es por culpa de meretrices
que me llenan de lombrices
las ideas y las seseras
Por calentarme de veras
Cuando escribo cosas fuleras
Y la poesía me sale por las narices
La rama anuncia el goce del infante
como la piel vengativa al diletante
Cuando el ángel corrupto se menea
un rumor alucinado sangra por la ferida
de tus ojos míos, sois el mismo
La imagen que veo y reproduzco
Heracles contra el León de Nemea
que con las mismas lágrimas se mea.
Al suciodicho Riffov
Mientras más viejo más confuso
La razón pura se la doy igual
Yo no me enojo de mis piojos
Ni me avergüenzo de mi poesía anal
Por mis peos difuntos me conoceréis
¡Con cuán larga rima me los fiáis¡
Si a mi inframundo criticáis
Con la hydra de las mil cabezas
Herculito, os enfrentáis...!
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