Escatologia
Don Prepucio de la Fallezcalonga
¡Oh, señor Rilke!
Estoy indignado
Ensucian la palabra
No fui yo: el otro, lévinas
El mundo estremecido
Han hablado los Dioses
Tupida cabellera como bandada
de cuervos
Obturan el cielo final
“Y sois más grato que la muerte”
Tuya es la angustia -héroe mío-
Herida en la batalla fuiste
Quién no tiene un teleológico huerto
Alimentado por el miedo e influido
Por satélites griegos y bíblicos
Del báquico ruidoso donde el tono
De tus mejillas
Hacen amar el dorado orco
Más antiguo, aedo, tus cantos
Salen del trino decoroso
Caen tus trenzas, cabello por oro
Y en tu cuerpo montañoso
Te masturban diosas lenguaraces
Por menos burla dio Zeus
A Hesiodo la vejez de Homero
A mí las putas y los eunucos
Y que me coman las erinias
La palabra es la que manda
calaveras a la muerte
1 comentario:
¿Leería Rilke el Terrolirismo si por algún gusano espacial y/o pliegue temporo-espacial estuviera entre nosotros hoy?
Publicar un comentario