Poemas Impublicables
lunes, 21 de julio de 2008
El fuego nuevo
Efraín Barquero
Chile
1931-
Ve a buscar el fuego nuevo en las tinieblas.
Y con el pedernal que fue mío golpea su puerta
pidiéndole abrigo, diciéndole mi nombre.
Porque el fuego recuerda al último
que lo alumbró con su boca
arrodillándose como ante un animal herido
soplándole la cara de pan enterrado.
Y que nadie te vea porque el hombre está
desnudo cuando pide o da algo de sí mismo,
algo que no se vuelve a dar sino después de la muerte
y con el rostro vuelto, y con la mano sin dedos.
Que no te vea nadie cuando apagas el fuego viejo
y prendes el fuego nuevo.
Y te acompaña la primera o la última palabra dicha
antes de irte de todas partes.
Y te acompaña tu propia oscuridad
y el frió del amanecer con que se mira el mundo
cuando todos duermen hace mucho tiempo.
Cuando tú también estás muerto
y buscas dentro de ti la vieja llave de la casa.
Buscas los utensilios que han cambiado de sitio.
Buscas lo que no se puede hallar dos veces.
Y te acuerdas de todo lo que hacías,
del soplido de tu boca en el gran soplo.
Del nombre del fuego apagado
que es el mismo del fuego encendido.
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