De los poetas y otros webetas

Marcelo Arancibia
Chile

Los poetas chilensis
Viven mucho, poquito o nada
Pruebas al canto:
El finadito lihn; el occiso millán
Por el otro costado
El matusalén parra; el tatita rojas

Hay unos dorian gray que mientras
Más viejos son más jóvenes
Otros que se conservan en alcohol
Y viven dentro del frasco
Como fetos en un laboratorio.

Hay pintamonos que se citan
Unos a otros
Otros que son anónimos y fatales.

Hay algunos que resucitan
Otros que se lanzan piedra al cuello
Dentro de un río o a un logos silencioso.

Hay otros que la fama los inflama
La inopia los convoca
Hay poetas cadáveres que se pudren
Apenas se editan.

Hay poetas esclavos que son sometidos
Por una voz tutelar
Hay poetas féminos, otros bien machitos.

Poetas peso mosca, otros superpesados

Hay algunos que serán recordados
Por el resto de los días
Estudiados, descuartizados hasta
el hermetismo.

Poetas corchos que flotan
En vinos siderales
Poetas cacumen que comen lumen
Poetas caídos del catre
Poetas a los que se les llueve la pieza
Poetas empepados, chalados
Que viven en los chuicos y tienen
Trato con el diabólico

Poetas que le muestran la tula
A sus lectores

Se han visto muertos cargando
Grandes mamotretos
Cabros chicos gritones
Que no dejan testar islas

Poetisas súper puderosas
Y calentonas a pichi
Que les gusta la pluma con sangre

Hay poetas huecos que viven
En el eco

Poetas que entran y salen de hoyo
Poetas gallinas que cacarean los huevos

Poetas chulos que se reciclan
Leyendo a la gallá universitaria.

Poetas putos que se prestan
Para que le manoseen las metáforas íntimas.

Poetas que valen callampa
Y son más tóxicos que la cresta.

Poetas dráculas que le chupan
La sangre a los demás vates

Poetas gusanos que se comen
La comida de la muerte.

Hay poetas celosos que no quieren
Que su poesía ande de boca en vaca
Ni que su musa le ponga los cuernos

Poetas momios que duermen por una eternidad
En el sarcófago de un libro.

Poetas putamadres que no se la creen
Poetas bigoteados que de aquí
Y de allá hacen un poema a tijeretazos

Poetas cuicos que en sus tertulias
Invitan a otros cuicos
Sin sufrir la miseria del hombre

Poetas marginados que viven al borde
De la cordura

Poetas estatuas que apenas se ríen
Para que no se le achurrasque la estética.

Poetas pajeros que buscan la inspiración
En el ojo ajeno

Poetas perros que entierran los versos
Poetas gatos que escriben cabeza de pescados

Poetas lenguas que no la cortan nunca

Poetas guarenes que cuando la poesía
hace agua
abandonan un mal poema sin salvar
una inocente metáfora

Poetas puritanos que tienen las
Manos llenas, llenas de tinta virgen


Poetas místicos que a pan y agua
Subsisten 40 día y 40 años
En el desierto de la poesía

Poetas mafiosos que viven del ocio
Y matan cualquier poema
Cuando se les pone la mano negra

Poetas castrados que por las puras huevas
Alargan los poemas

Poetas apitutados que tienen
Santos en el jurado
Sin trabajar un poema a nadie

Poetas enfermos, moribundos
de poesía
que en la fosa común sólo esperan
el pago de Chile

Y otros webetas que sólo solo
aparecemos o desaperecemos
cuando usted con su dedo rabioso

hace ¡Clic...!


(De La Gran putesía chilensis)