Poemas Impublicables

viernes, 16 de noviembre de 2007

















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Confesión
(Tango)
Enrique Santos Discépolo
Argentina
1901-1951

Fue a conciencia pura
que perdí tu amor...
¡Nada más que por salvarte!
Hoy me odias
y yo feliz,
me arrincono pa' llorarte...
El recuerdo que tendrás de mí
será horroroso,
me verás siempre golpeándote
como un malvao...
¡Y si supieras, bien,
qué generoso
fue que pagase así
tu buen amor..!

¡Sol de mi vida!...
fui un fracasao
y en mi caída
busqué dejarte a un lao,
porque te quise
tanto...¡tanto!
que al rodar,
para salvarte
solo supe
hacerme odiar.

Hoy, después de un año
atroz, te vi pasar:
¡me mordí pa' no llamarte!...
Ibas linda como un sol...
¡Se paraban pa' mirarte!
Yo no sé si el que tiene así
se lo merece,
sólo sé que la miseria cruel
que te ofrecí,
me justifica
al verte hecha una reina
que vivirás mejor
lejos de mí..!

Desencanto
(tango)

Qué desencanto más hondo,
qué desencanto brutal!
¡Qué ganas de echarse en el suelo
y ponerse a llorar!

Cansao de ver la vida,
que siempre se burla
y hace pedazos
mi canto y mi fe.

La vida es tumba de ensueños
con cruces que, abiertas,
preguntan... ¿pa' qué?

Y pensar que en mi niñez
tanto ambicioné, que al soñar
forjé tanta ilusión;
oigo a mi madre aún,
la oigo engañándome,
porque la vida me negó
las esperanzas que en la cuna
me cantó.

De lo ansia, sólo
alcancé su amor,
y, cuando lo alcancé,
me traicionó.

Yo hubiera dado la vida
para salvar la ilusión.
Fue el único sol de esperanza
que tuvo mi fe, mi amor.

Dulce consuelo
del que nada alcanza.
Sueño bendito
que me hizo traición.

Yo vivo muerto hace mucho,
no siento ni escucho
ni a mi corazón.

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