Poemas Impublicables

viernes, 1 de mayo de 2009


Celibato

Don Juglarino del Versoporro

(Poeta de las pirámides y las tetas momias)


Yo no torpedeo a los alacalufes

Es a usted a quien dirijo mi lengua viperina

Ofendo gratuitamente “su mensaje de variado sexo escritural”

Como si en la agonía uno pudiera flotar

En la “mierda” de los tormentos

Valparaíso es casi un invierno sempiterno

El otoño torrencial baja a tropezones lerdos

Todo lo que hacíamos entre un mes y otro

Era llevar flores vivas al cementerio de la ciudad.

Pero la señorita Cora quería sexo entre las piedras

Imaginemos a esta dama inglesa ir tras los gatos

La casa tenía ventanas protegida por postigos blancos

Era la única que olía como huelen las mujeres a cierta edad

Ella era profesora. Entonces algo sabía.

Aunque no era muy agraciada de rostro.

Yo no sé si es posible que otro vecino

Del sector le hubiese fifiado el paño solterón

Qué me importa a mí

Yo tenía otras preocupaciones

Honduras que ahora caen de cajón

Uno nunca sabe en qué se divierten los mayores

En realidad la gente malgasta su tiempo

En cosas banales

Un gato puede ser un amante reprimido

Un perro puede ser un hijo que nunca nació

La vida es una cuestión extraña

Los poetas no debieran tener hijos

El narcisismo es una carga demasiada pesada

de llevar

Claro que en ese tiempo las chicas se cuidaban poco

Y uno buscando a su madre no dejaba de probar

Un poeta nunca es un buen padre

Siempre es un chico que no quiere crecer

Entonces celibato para los poetas, celibato

O muerte en la plaza pública.




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